Para la aplicación de la prueba se cuenta con la participación de las Áreas Estatales de Evaluación de cada entidad federativa, las cuales tienen amplia experiencia en este tipo de actividad.
Se notificará a las y los directivos de los planteles con anticipación para que se implementen estrategias que aseguren la participación del estudiantado.
La evaluación busca minimizar cualquier modificación a las actividades normales de la escuela.
Dado que la prueba sólo se aplicará al estudiantado del último grado, no se suspenden clases ni actividades escolares para el resto de las y los alumnos.
Participará una o un Coordinador-aplicador por escuela quien, junto con la o el aplicador externo (si es el caso), se presentará con la o el director para explicar detalladamente la logística de aplicación.
La o el Coordinador-aplicador trasladará los materiales de evaluación a la escuela en cajas selladas para garantizar la confidencialidad de la prueba y sólo se abrirán en presencia de la o el director, padres, madres de familia y observadores(as).
El día de la aplicación, a invitación de la o el director del plantel, asistirán las y los observadores externos (padres, madres de familia y/o líderes de la comunidad, empresarios(as), etc.), quienes supervisarán que la aplicación se lleve a cabo conforme a la normatividad establecida. Dichas personas no intervendrán en el proceso de aplicación.
Las y los directores de todas las escuelas participantes contestarán un cuestionario de contexto que tiene la finalidad de obtener información sobre las características de la escuela.
Las y los alumnos evaluados también contestarán un cuestionario de contexto para recabar información sobre el clima escolar y aspectos socioculturales.